El término científico para cualquier tipo de movimiento direccional que responde a una fuente de luz se llama fototaxis. Los científicos consideran que las polillas y otros insectos alados comunes son fototácticos porque vuelan hacia fuentes de luz. Otros insectos, como las cucarachas, son negativamente fototácticos, lo que significa que huyen de la luz, quienes han padecido una plaga de cucarachas saben lo que es encender una luz y que las cucarachas corran a esconderse.
Aunque es difícil de creer, nadie sabe con seguridad por qué algunos insectos son fototácticos. Diferentes expertos suscriben diferentes teorías, pero nadie sabe si es correcta con seguridad. Aunque no podemos pretender saber si la teoría es correcta, sí podemos explicar cada una de las teorías prevalecientes para la fototaxis, e informar sobre sus puntos fuertes y débiles.
Orientación transversal
Probablemente la teoría más popular para la fototaxis es que nuestras luces artificiales confunden los sistemas instintivos de navegación de los insectos. Muchas especies de polillas utilizan la luna como medio para orientarse durante el vuelo nocturno, una función conocida como orientación transversal. La luna actúa como un punto de referencia constante porque la luz de la luna siempre se refleja en el ojo de una polilla en el mismo ángulo. Las polillas (supuestamente) usan este punto de referencia para saber que están volando en la dirección correcta.
Este tipo de navegación cuenta con que la luna sea la mayor fuente de luz disponible durante la noche. Cuando las bombillas lucen más brillantes que la luna, las polillas terminan orientando su vuelo de acuerdo con la luz artificial.
Longitud de onda de la luz
Un par de teorías diferentes de la fototaxis involucran diferentes tipos de longitudes de onda de luz. En la década de los ’70, los entomólogos de Estados Unidos crearon la teoría de que las longitudes de onda de la luz en el espectro infrarrojo, como las de la luz emitida por las llamas, coinciden con algunas de las longitudes de onda exactas de la luz emitida por las feromonas luminiscentes de las polillas femeninas. Las polillas macho vuelan hacia las velas y otras llamas porque piensan que hay una polilla hembra que le hace señales para que se acerque.
Uno de los principales problemas de esta teoría es que las polillas parecen estar aún más atraídas por las longitudes de onda de la luz ultravioleta (UV) que por las de los infrarrojos. Las longitudes de onda de la luz UV son significativamente más cortas que las que emite el infrarrojo. Cuando las polillas ven los rayos UV producidos por estas luces, piensan que están viendo el reflejo de una fuente de alimento y se dirigen hacia ella.
Las polillas también tienen otros medios para encontrar comida por la noche. Muchas polillas son capaces de detectar los altos niveles de CO2 emitidos por las flores. Este es un método más eficiente y seguro de encontrar alimentos que seguir los rayos UV, por lo que tiene más sentido que las polillas usen CO2, no UV, para encontrar alimentos. Finalmente, parece extraño que muchas especies diferentes exhiban el mismo comportamiento hacia la luz. Algunas especies de polillas no comen néctar como fuente primaria de alimento.
Aunque estas son las teorías más conocidas, hay muchas otras. Algunos científicos creen que las polillas vuelan hacia la luz para esconderse en un anillo que perciben como oscuro alrededor de la luz. Otros creen que lo hacen porque el camino hacia la luz es claro y con buena visibilidad. Las polillas podrían incluso simplemente usar la luz para ayudarles a encontrar un escondite.
La verdad es que nadie sabe por qué las polillas parecen tan dispuestas a morir acercándose a un objeto brillante. Al menos la predilección de las polillas por la luz las hace más fáciles de atrapar.
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